Es mi cuerpo redondo
dentro de mi corazón cuadrado
desnuda
sobre la cama blanca y vacía
llena
de veinte centímetros de plástico
que van arañando mis esquinas
Con la mente en otra parte. Más lejos que tú. Más lejos que yo. Tan lejos que ya no te veo. Sólo imagino tu piel bajo mis párpados. Tu carne cubriendo el plástico. Tus ojos taladrando mi ombligo. Con esa lengua colgando. Como cuelga tu polla. Flácida aún. Porque acabas de llegar. Y repito. Esa tu lengua. Colgando. Horadando. Mi ombligo. Hasta llegar al intestino. Y dar la vuelta en ese pliegue recóndito de mi coño. Sí. Ése que sabe retorcerme. A juego con el pedazo de sábana en mi puño derecho. Aprieto. Me hago sangre con las uñas. Me hago sangre con esa polla falsa. Me hago sangre en cada esquina de mi corazón cuadrado. En el que ya no quepo. En el que ya no hay espacio. Ni aire. Ni piel ajena. Ni tan siquiera sábanas limpias. Cómo vas a caber tú. Que ni estás. Ni has estado nunca. Ya ni estarás. Ni. Suena a grillo con anginas. Reclamando en mi oreja. Deja de tocarte. Deja de tocarte. Deja de tocarte. Aparta esos dedos. Aparta ese dildo. Apártate de ti misma. Eres mala influencia. Eres mala. Eres. Ya no sé que soy. Cuando despunta el día. Y amanece esa luz por el hueco de la ventana. Asoma la mañana. Asoma el calor. También asoma un pezón desafiando al tirante del pijama. Asoman las ganas. Todavía con legañas. Asoman mis manos traviesas. Y estas ganas de morirme. De morirme del asco. De morirme de pena. De morirme de risa. Entonces juego a vivir. A redondearme el corazón. A esquinar ausencias. A aliviar estrés. Juego a ser espasmo. Mientras entra el aire. Refrescando la piel. O lo intenta. Como si pudiese. Arde Julio. Como arderá agosto. Me veo ardiendo hasta navidad. Si abro mis piernas hasta puedo ver la pira. La hoguera. El incendio. Que me llama. Que me ama. Aprieto los ojos. Los escondo más allá de las cuencas. Boca abajo. No quiero verme. Si no me veo no existo. Si no existo no peco. Vacía. Sobre la cama ya no tan blanca. Hay un cuerpo redondo. Parecido al mío. Desnudo de yo. Vestido de quien. Con veinte centímetros de plástico. Apuñalando un corazón. Triangular. Es uno de esos días. Donde las sístoles vienen del coño. Y ya solo queda. Navegar el infarto.
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Grandioso... mis felicitaciones.
ResponderEliminarA tus PIES