Resbalo en sentido vertical hasta hacer tope con tu pubis. Siento los
testículos bajo mi culo. Un pequeño manojo de suave pelo rodeando mi
clítoris. Tu prepucio rápido, firme, vertiginoso. A la altura de mi
vesícula. Dentro. Es sólo un segundo. Las plantas de mis pies empujan la
tarima flotante, Y casi toda tu polla. Empapada de mí. Queda en el
aire. Otro segundo. Líquido. Resbalo de nuevo. Esta vez tu prepucio en
mi hígado. Hinco un poco más. Tu glande en mi garganta. Grito.
Aullido. Llámame puta. Es el momento. Quiero quedarme ahí para siempre.
Mientras te mueves. Mientras se mueve. Mientras me empala. Me rellena.
Me revienta. Muévete tú. Culebreo yo. Pellizca mis pezones. Agriétalos.
Reviéntalos. Sigue siendo el momento. De reventarlos. De reventarnos. De
reventar. Por los aires. Intentaré besarte, mientras me asoma tu polla
entre la lengua. Tan adentro te siento. Tan adentro te quiero. Tan
adentro. Tan. Resbala. Se ha muerto. Me he muerto. Todo está ya fuera
de mí. Todo se vuelve horizontal. Horizontales los dos. Me abrazas. Me
dejo abrazar. Y luego bajo. En línea recta. Hacia tu ángulo muerto. Para
hacerlo recto. Con mi sonrisa, vertical. Y sí, sí puedo hablarte con la
boca llena. Tan llena. Tan adentro. Tan.
.(escrito también desde el facebook del blog)
Tan maravilloso como siempre, Pommette. Leerte y quedarse indiferente es no tener sangre en las venas.
ResponderEliminarCome bien, come bien de lo otro, mi niña que con ese desgaste... hija, no se si terminas el verano.
ResponderEliminarTAN... deseable Pommette. No pares, que cuando uno hace con esa pasión lo que le gusta, todo sale de corrido.
ResponderEliminarA tus Pies