Recto.
En la esquina de aquella habitación.
Esquinada yo.
Esquivando te.
Permisiva.
Generosa.
Cariñosa.
Comprensiva.
Gilipollas.
Pardilla.
Estúpida.
Curva.
Mi pequeña tripa.
Sobre mi pequeño coño.
En la esquina de aquella cama.
Esquinado tú.
Esquivando me.
Cómeme la polla. Que bien lo haces. Cuanto me gusta. Un poco más. Casi me corro. Adoro tu boca. Me fascina tu lengua. Así. Sigue. Qué cabrona. Qué bueno. Qué placer. Qué gusto. Va a reventar. Un minuto más.
Comerte el coño. No tengo confianza. Sólo un poco. Uno. Dos. Tres. Escondite inglés. Si mi clítoris fuese un doberman ahora mismo estarías sin rostro. Hasta el que te sobra. Ya no más. Hasta aquí. Te gusta, eh. No. Que borde. Al borde del colchón. Deja de hablar. Hablas mucho. No gimas tan alto. No pidas. ¿ Dónde vas?
Donde pueda irme. Sola. Me voy. ¿ Ya? . No. Ya me iré. Sola. Recta, entre todas mis curvas. Sin esquinas. Larga en la intimidad de mi cama. Esa que me entiende, me cuida.
A mí.
A mi pequeña tripa.
A mi pequeño coño.
Sin pollas. Enormes. Ni medianas. Ni recogidas. Todas ellas. Que dicen tanto dentro del pantalón. Y son mudas entrando en mi culo en pompa.
Mierda.
Pa ti. Que lees.
Pa ti. Que no lees.
Pa mí. Que voy y lo escribo.
Con mi pequeña tripa.
Con mi pequeño coño.
Rectos.
Derechos.
Porque los tienen.
Al mismo nivel.
Aunque me hagas ras.
En el corazón.
Porque todavía.
Hago el amor.
Follo.
Con alma, corazón y vida.
No como tú.
Con la neurona que corona tu polla.
Eunuco.
Sin recursos
Poseedor de un prepucio con carne.
Y muy poca chicha.
Y muy poca entrega.
Ya no quiero más.
Vuestros polvos de cobro revertido.
Sois obtusos.
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