Cuarentaynueve minutos exactos busando el placer. Ni uno más, ni uno menos con la mano entre las piernas y el índice querencioso y juguetón.
Podrían haber sido más, incluso menos; pero tenían el tamaño exacto de quince horas. Es esa laxitud de la epera de lo dulce, ese regodeo tonto que extiende los segundos como si fuesen mantequilla sobre el pan, ese desvío de kilómetros interminables para tardar un poquito más hasta el final. Total no hay prisa. Y qué mas dan ese montón de papeles sobre la mesa, y el ruido de voces reunidas tras la puerta, y todas esas cabezas fijas en el ordenador que se adivinan al otro lado de las persianas. En ese maldito y eterno momento, sólo la mano manda. Huye la mente y una se masturba a placer entre más y más caricias. Es tan jugoso el coño, tan húmedo y suave cuando te concentras en él. Se multiplican los pliegues, la piel y los nervios, y tres mil millones de partículas sensitivas logran que cuatro kilos y medio del mejor chocolate belga baje por tu garganta. Debe de ser éso que llaman endorfinas. Ni lo sé, ni me interesa. Yo me abandono al mundo y me saboreo entre caricias. Cada vez más húmedas y densas. Tanto que he de desabotonarme la blusa y meter mi mano bajo el sujetador. No es suficiente y me lo desabrocho. Los pezones hierven y están duros como el mármol. Canicas de carne rosada y suave ardientemente inflamadas. Las pellizco. Me muerdo la boca, no puedo gemir. Aquí no.
El deseo se vuelve loco, y con él las manecillas del reloj. La calma decide ser urgencia. Y ya todo, como en una tormenta, se precipita.
Subo la falda. Me quito las bragas. Abro mis piernas sobre los brazos de la silla. Me meto tres dedos. Estoy tan caliente que va a arder la puta oficina. Ahora mismo me follaría al de la fotocopiadora, menos mal que me queda una rayita de lucidez, menos mal que pita el chat, menos mal que alguien al otro lado me salva. Y comienzo a irme, mientras me habla. Él comparte imágnes y mayúsculas. Yo le escribo los gemidos que no tengo más remedio que callar. Me inclino sobre el escritorio. Mis tetas rozan el teclado. Vuelvo a estrujar mis pezones con la mano izquierda. Ambos. Esta vez no pienso dejarlos. Él descubre que me estoy pajeando. Yo me excito más. Acelero el ritmo de mi índice. Mi clítoris está a punto de estallar. Descabalgo la silla. Me pongo en culillas muy, muy, muy abierta. La velocidad se apodera de mí. Me masturbo sin compasión a un ritmo frenético y cruel. Y mientras él manda un gif, yo me corro hasta morir de un gusto mayúsculo.
Caigo de rodillas. Aprieto mis dos manos contra el pubis. Recompongo mi ropa y mi disfraz de chica competente. Le mando un beso y le dejo colgado. No sé como, son las dos y media y tengo esa dichosa reunión. No sé tampoco como, cuando a este tiempo tan mío, le ha dado por salirle alas y venderse a otro.
Ufff...una sesion muy interesante
ResponderEliminarMe gusta tu capacidad de rener el placer,eso es lo que mas mola
Un beso
Es que si no se escapa, es muy suyo él. ;)
EliminarCada vez que vengo a verte me traigo el abanico de locomia... No se que será de mi en Agosto... ay...
ResponderEliminarSabes, quizás él tras la pantalla estaba haciendo lo mismo... jejeje...
Una de las cosas más intensas es sentir al otro a pesar de la lejanía... :)
Muaks¡¡
¡ Sexy Ibiza Locomía!!! En agosto estaré de veraneo, con éso de la playa vendré menos por aquí. Mejor id aprovisionando ;)
EliminarSeguro que lo estaba. Seguro :)
PUES MIRA QUE BIEN RELAJADITA TE HAS QUEDADO ANTES DE ESA REUNIÓN... SI ES QUE LAS ENDORFINAS SON UNA PASADA...
ResponderEliminarSIGUE ASÍ,,, QUE LA VIDA ES PARA DISFRUTARLA.
UN BESAZO POMMETTE!!!
Son esos momentos locos... :)
EliminarNada como preparar así una reunión... suerte de despacho individual je!
ResponderEliminarBesos ;)
Suerte que llevaba bragas de repuesto en el bolso!!!! :)
EliminarEstúpida y sensual Pommette... es comenzar a leer un relato tuyo y sentir la presión en mis pantalones... y ¿ahora qué?... pues creo que leeré con calma el post, masturbándome, deleitándome con cada palabra y evocando imágenes... tomándome mi tiempo, disfrutando del camino, como tú, eso sí, en la soledad de mi habitación.
ResponderEliminar¿ estúpida? esto...
Eliminarespero que le haya ido bien. comparta si gusta.
Que no te siente mal lo de estúpida... solo quería jugar un poco con el lenguaje, proyectando sobre ti como me siento cada vez que entro en tu blog y me sorprendo con la polla en la mano.
EliminarTu no eres esúpida... eres sensual e inteligente, y sabes jugar tan bien con tus palabras que nos vuelves necios y estúpidos... nos conviertes en marionetas de tus palabras.
Algun día... Mil besos
Donde esta esa oficina?
ResponderEliminarpodría haber pasado en cualquier parte... :)
EliminarJo.... Como lo cuentas!! Qué excitante!!
ResponderEliminarBs
¡ Es que lo fue!! :)
EliminarSolo el título ya es magistral, lo demás: erección.
ResponderEliminarJajajajjajajajaja. Me alegro que te guste, a veces no sé como titular.
EliminarSuerte y cordura en la reunión... que nadie se entere que no estas. Abrazos !
ResponderEliminarSí, estuve en otra parte yo. :)
EliminarEl tiempo es un pellejo que nos jalamos todos, sin duda.
ResponderEliminarBesos.
A veces difícil de tragar, sí. :)
EliminarEs un gran inconveniente la masturbación que lo toma a uno por sorpresa antes de salir de casa, no queda mas remedio que llegar tarde, pero haciendolo en la escuela o el trabajo, no hay ningun problema y entonces no deberia haber pretexto. Lastima ser tan cobarde o tener tan poca suerte.
ResponderEliminarSaludos pomette.
por cierto, muy buen detalle el de las notificaciones por correo
El inoportuno es el deseo ;)
EliminarMe alegro que a alguien le guste el envío automático.
Pues no parece muy cómodo el taburete modelo avföring blöta, mejor encima de la fotocopiadora ... hasta dejar seco el tóner
ResponderEliminarLa silla tenía respaldo ;)
EliminarBONITO BLOG,Y BONITAS PALABRAS,BESOS.........
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