De todos mis agujeros, elegiste el coño. Tú sabrás. Por qué. De todas tus búsquedas, me elegiste cinco minutos. Tú sabrás. Por qué. Sigues agujereando. Y buscando. Tú sabrás. Por qué. Mi coño abierto en dos. Mi lengua desenrollada sobre la alfombra. Mis ojos saliéndose de sus órbitas. Sabemos. Por qué. Por el ascua. Y la sardina. La del refrán. Y la que pita debajo del pantalón. Todo se reduce a éso. A un agujero del coño. A un pavo de acción de desgracias por rellenar. Un rato. Luego el siguiente. Producción en cadena. Agujeros, coños, polla. Besugos conversacionales. Debo ser del club que no pasa por mediamarkt. O perdí un hervor cuando se me fue la olla. Da igual. Aquí el agujero de mi coño. Vacío. Impoluto. Brillante. Carnoso. Mojado. Tenso. Duro. Recién depilado. Dispuesto. Ya no más. Nunca más. No me folles las orejas para follarme el coño. Mi coño agujereado tan cercano al agujero de mi culo. Tan lejano del paraíso de mi ombligo. Tan harto del universo de mis tetas. Que no alcanza a los pezones. Como los alcanzaban aquellas pinzas de la ropa de madera. Que hacían de madera mis pechos para sentir un pellizco en el agujero del coño. En algún lugar de ese agujero estoy yo. Ojalá pudieras verme. No creo ni que me hayas mirado todavía. Aún así me follarías. Partida en dos en una alfombra sin pelo. Harta de vernos follar, mientras me penetras la boca. Ese agujero que quisieras mudo. Mudo el polvo. Muerdo el polvo. Esa tarima llena de polvo. Y de polvos de otras. Gimo. Grito. Quiero que me metas los huevos por donde no caben. Sin ruedas de molino. Ni comulgar. Paso. Dices pero no demuestras. Y yo aquí, con mi agujero. Haciéndome agujero oscuro. Reservando toda la fuerza de la galaxia para una polla honesta. Y tiesa. Y gorda. Y chorreante. Que me cubra de una follada sincera. A mí. Al agujero. Que lo tapone para siempre. Más allá de mí. Allá donde tu ves. Pero no miras. Creo que mi dildo de látex de veintidos centímetros lleva un agujero colgando. Dos pilas vacías de carga. Y una toallita húmeda. Húmedo agujero. Sin vacíos. Que para qué coño los quiero.
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Creo que a ese cálido, delicioso, abierto y húmedo coño que tienes no se sacia con cualquier cosa, menos cuando en vez de un dildo de 22 centímetros puedes tener una buena polla dura de 22 centímetros...
ResponderEliminarBesos.
Muy bien escrito.
ResponderEliminarUn beso grande
Excitante, aunque no llego a 22, ...
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