lunes, 16 de diciembre de 2013

Deshielo en mi ladera, avidez en mis caderas.



Soy de cristal  y hierro fundido. 
Tengo sabor a poema, a viento fresco, a barco hundido.
Huelo a todo aquello que aún  no he vivido. A mí, revuelta contigo cuando todavía no te has ido.
Puro fuego, puro hielo, vestido en papel y pareados sencillos.
Con la yema de tu dedo se me saltan los botones de mi ombligo, con tu lengua se desliza en cremallera la verticalidad de mis pecados.
A borbotones resbalan entre estos muslos de madera que tú haces mantequilla. Desaparece mi perfume, mi gusto, mi materia. Me hago ovillo de carne abierta, hambrienta, cocinandose en sus jugos.
Supura mi coño ansiando tu polla. 
Empalarme con ella hasta sentir las vértebras rotas.
El culo lleno del frenesí de tus pelotas.
Mi grito en la pared, la lengua seca, a navaja mis entrañas.
Y el desgarro del placer partiéndome en dos cuando perviertes mi oquedad inúndandola de tu semen más perverso.
Ahora es cuando me muerdes el cuello, y me susurras las palabras más secretas y sucias que he escuchado en mi vida...
... vuelvo a correrme. Me abrazas. Te quemas, te cortas. Besas mis pedazos de cristal y de hierro fundido. 
Yo los tiro por el retrete.
Y te suplico que vuelvas a follarme.

4 comentarios:

  1. Que aceleración, que entrega, que pasión, que todo!
    ¿Dónde hay que firmar?

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  2. Sirenita de ojos negros17 de diciembre de 2013, 13:01

    Increíble...
    Yo sólo he sentido eso con una persona, así, de esa manera
    Muaks

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  3. Aix... hoy me has hecho suspirar tú a mí.

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