miércoles, 17 de diciembre de 2014

Nada


 No sé donde he estado todos estos meses. Tampoco donde se han metido todos los siguientes. El tiempo carece de valor. Estoy triste. Mucho. Tanto, que soy triste. Y la tristeza sí importa. No es una tristeza cualquiera, es aquella que te cubre de negro cuando enviudas a la vida. Te descuartiza y devora por partes. Hace de ti gangrena de esa que lamen los perros sarnosos. Muere el corazón y entierras el coño. Sin lágrimas. La tristeza suprema no llora. Flota. Ambas flotamos en ningún lugar del que nadie quiso entrar jamás. Inertes los flujos, caidos los pechos, pétrea el alma y ciegos los ojos. Azul es el cielo en braille cuando leo por la ventana. Huele a petróleo. A cadáver y a niño perdido. Escribe. Automática y mezquina. A veces saluda al vecino mientras quisiera matarlo y suicidarse después por el hueco del ascensor. Del descensor. Hace ya mucho que nada sube. Muerte debe ser algo así pero más humana. Mata y ya no sufres. Tristeza te obliga a seguir viviendo. Ser vegetativo con la uretra dañada. Huelo mal. No soy apta para menores. Tampoco para mayores. No soy apta. Sin más. De serie B y en la trastienda. Violame un verso y ciérrame las piernas. Me has besado en el a
lma del coño y creo que comienzo a llorar.

martes, 23 de septiembre de 2014

De Ganas... Des Ganas



Ganas. Se necesitan ganas. Para todo en esta vida. Ya sea joder, bailar, salir, entrar, leer, escribir... vivir. Sin ellas nos limitamos a inercias, y éso es casi como estar en coma. O peor. La desgana carece de ritmo, de valor, de pasión, de sublimación. De todo aquello que vale la pena más allá de la alegría.

Y yo no tengo ganas. Ningunas. Ni de escribir aquí, ni de leeros allí. Será este otoño anticipado. O aquel verano sin lazos. Me cuesta volver, ponerle un mínimo de corazón y esfuerzo. Puede ser que no lo necesite ya. Que mi maquinaria esté en otro punto del engranaje. Quizá me haya pasado de vueltas, quizá no haya revolucionado lo suficiente. Es indiferente. Y la indiferencia es otro coma, una defunción por etapas. Aburrido ¿no?  Si es que la realidad es lo que tiene, o la reinventas o aburre. Habrá que seguir ese camino, buscar las ganas que no hay aquí.

Ahí. Porque ayer follé a este lado, como no está en los escritos. Un polvo descomunal al que le puse todas las ganas del mundo. Follada brutal y salvaje. Se me fue la vida y detrás la muerte. De hecho se fueron varias veces, me oí resucitar más de tres o cuatro mientras pedía auxilio a un dios en el que no creo. Todavía tengo grietas en la piel y estertores en el coño. Recibí a esa polla conocida como si fuese nueva, y desvirgó en mí orgasmos acumulados. Partimos el sofá nuevo en llamas, y cómo nos quemamos. Nos corrimos en rescoldos desmembrados mientras todo alrededor se volvía ceniza. Inventamos suciedades nuevas. Las patentaremos el uno en el otro hasta la extenuación. Follar. Qué hermosa palabra. 

Palabras. Qué hermosas traicioneras. Tan pequeñas. Insignificantes. Tan necesarias. Debo recopilar unas cuantas. Reinventarlas. Escribirlas. Asustarlas. Y yo, sin ganas. Quizá, si sigo follando vuelvan. Si no, ya sabéis donde no estoy.

viernes, 12 de septiembre de 2014

UNO




Hace un año era jueves. Apretaban el calor y las bragas, así que me las bajé, y con el coño al aire y la vergüenza al viento decidí abrir un blog. Escribí un post y lo lancé a la red. Fue un momento emocionante que celebré con una masturbación descomunal. Así que la primera publicación vino al mundo con un orgasmo debajo del brazo. No podria haber tenido una inauguración más brillante.

Con las piernas temblorosas y mi mano todavía humeando placer, a dios puse por testigo de que este blog nunca pasaría hambre. He follado y pajeado mucho desde entonces. Afortunadamente el buen sexo no engorda. Tampoco aburre. Un año después tengo la piel mucho más brillante y el clítoris muy caprichoso. Por desgracia todo tiene una contrapartida, y creo vengo con mi sexo tan lleno, que la tapa de los sesos me ha saltado por los aires. Inspiración muerta. Kaput. Y las velas por soplar. Y tantos renglones por rellenar. Y estas bragas que me vuelven a apretar.

Es momento de iniciar un futuro volviendo al principio. Este texto finaliza un año, esta paja que comienzo a hacerme escribiendo sólo con la izquierda, da comienzo al próximo. ¡¡ Y qué bien entra !!!

martes, 2 de septiembre de 2014

SeptSiempre



A septiembre le faltan dos agostos.

Y todo el mar de posibilidades que bañaba julio. 

Se quedaron cosas buenas en el tintero, pero traigo tantas letras nuevas tatuadas más allá de la piel... Todavía tengo arena en el pelo y mi sonrisa es de verano. Antes de cerrar la puerta ya estarán abiertas mis piernas, y esta vez todo será posible, porque allí, donde tú sabes que el placer se condensa,  está el centro del universo. Ha venido para quedarse, con total ausencia de gravedad.

lunes, 28 de julio de 2014

Vivir de piel

Deshaces mi cuerpo a dos manos. A rastras va mi piel bajo tus uñas. Me dueles a rompe y rasga, tanto que se quiebran los quejidos a colchón partido. Jodemos a tumba abierta y vergüenza cerrada, a coños y vergas multiplicadas, a tardes de mañanas ilimitadas. Jugamos a dos manos y una cara. Y ahora es cuando me miras y nos corremos sobre mis ganas.

martes, 1 de julio de 2014

So, sobre, tras

Te amo sobre todas las cosas.
Sobre todo cuando me follas debajo de  cada una de ellas.
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viernes, 27 de junio de 2014

Don de lenguas

De lenguas vivas, de lenguas muertas, de lenguas  infinitas e imposibles.
A mí me gusta la tuya. Redonda y políglota que me traduce en infinitas posturas y me folla en cualquier  idioma. Se pervierte  y divierte a círculos viciosos sobre mi coño. Tenaz y sorpresiva, como tu voz, como tus ojos, como tu polla de buena persona que me deshace entre las embestidas de tu niño malo. Silenciosa. Suelo decirlo yo todo. Necesito las palabras para hacerme comprender. Mueren en  ti en cuanto las digo. Se las come tu lengua. A mí me devora. Nunca estuve menos vestida. Me escuchas desnuda. En carne viva me follas.
El cuarto se  pudre. Quince días viviendo en tu polla. Muerto el colchón, la tarima, la butaca, la alfombra. No queda nada por morir. Salvo yo. Salvo tú. Que me metes el indice en la boca arañando mi lengua, violandome el paladar. Y ahí. A horcajadas sobre la piel de tus huevos, se rompen mis cuerdas vocales y un tercio de mi coño. Muda y herida, solo queda una puerta. Sobrevivir follando.

miércoles, 18 de junio de 2014

Tiempo de silencios a gritos.



No te follo todas las noches, 
pero sí te violo con mis letras. 
Y ahora que me voy, 
que no estaré, que tú te quedas; 
prometo hacerte cada día el amor con mis textos 
para que noche a noche te penetre,
  hasta que vuelva.








(Llega el verano, nos veremos menos, pero tampoco me iré muy lejos. Besos)

viernes, 13 de junio de 2014

Naturaleza viva.


Roca desnuda bajo mi piel desvestida.
 Roce que hace el cariño clavando surcos de goces inciertos.
Cuentan que hay mares abiertos, 
tanto como estos cerros desiertos.
Me desparramo al aire que me acaricia y  excita.
Envuelta en silencios me atravieso a embestidas.
Se me escapa la rima en el último verso. 
         Es el orgasmo partiendo en tres el eco.

viernes, 6 de junio de 2014

Surgires



Todo de empezó con extrema delicadeza, como sólo son capaces de comenzar aquellas cosas que prometen ser sublimes. Fuimos dulces y eternos apenas dos instantes, luego la memoria se nos enredó con la urgencia y el hambre, y decidimos ser héroes. Nos dejamos morir el uno en el otro dando la  vida al placer. Y ahí seguimos. Hasta que la realidad  llame a la puerta.

martes, 3 de junio de 2014

Sin más.



Necesito con urgencia un polvo rápido, para que de una maldita vez todo deje de ir tan lento.


viernes, 30 de mayo de 2014

Danzas en mi cabeza y me penetras... hasta el fondo.


El milagro de bailar estando muerta, el pecado de no andar habiendo vida. Y sería un pecado que no vinieses a follarme mientras aún vivo, y un milagro todavía mayor que vinieras a follarme antes de morirnos. 
Aunque sea en la distancia, sin muto acuerdo y sólo amigos. Aunque sea soñando, sin tocarnos y esté prohibido. Aunque yo no lo diga, ni tú tampoco lo escuches. Sin que yo lo pida, sin que tú lo aceptes.
Lo confieso. Ya te he desecho el amor más de una vez. Me obsesionas y me crujes el ombligo. No sé  como lo haces. No eres mi tipo.  Pero sé que te gusto. Como te gustan todas y ninguna. Y no me lo dices.Deja este baile y dime al oído: ¿ Tú has follado alguna vez en secreto conmigo?.
Después dejaré de bailarme, de  follarte, y me masturbaré una única vez contigo.

miércoles, 28 de mayo de 2014

Misturbaciones




Orgasmos que agonizan en gargantas repletas de semen y desidia. Coños partidos en dos a juego con el alma y la vida. Neveras más llenas que los días, atracón de medianoche a falta de engullirse a una misma. Abstemia anónima adicta a los brotes de placer efímero. Muescas sin nombre en el cabecero de la cama. Inconsolables las horas cubierta la alfombra de consoladores sin pilas. Y las manos trémulas buscando un resquicio de calor humano entre mis oquedades viscosas y húmedas. Así, como si por un milagro, a mitad de una mala paja, con los dedos pudiese encenderme el corazón.

viernes, 23 de mayo de 2014

Polvos ansiosos.




Sexo descarnado, sucio, vivo y a contracorriente. Del que no viene en los libros, ni en las películas de amor. 
Sexo sin motivo, sin destino, sin amigos y nada convencido. Del que no dicen nada bueno, porque no hay palabras.
Sexo por sexo. Diente por diente. Ojo por ojo. Coño por polla. 
Te condeno a veinte noches y un día. Porque eres terriblemente malo. Y yo muchísimo peor. 
La inquina en la cama es un arma brutal. Matarnos follando. No se me ocurre mejor forma de morir. Ni de no vivir. Deshacernos el amor a golpes de pelvis embrutecidas e inhumanas. Follarnos como perros en las vias del tren. Sin conciencia ni remordimientos. Suicidarnos con el orgasmo del otro ahorcado en la garganta. Desvivirnos. 
Y tu semen acaricia mis entrañas como un puñal oxidado lleno de odio. Es la más maravillosa sensación que he tenido nunca. El más cruel de los orgasmos. La felicidad dura un instante. Yo un segundo menos. Entonces te exijo que me violes de nuevo, y esta vez con sangre. Huimos de nuevo desnudos y enloquecidos hacia ninguna parte. Ganamos. Una noche más el cajón del orfidal sigue intacto.

domingo, 18 de mayo de 2014

La primera virginidad fue por amor, la segunda... por mí.




Era de noche y el himen pendiendo de un hilo una vez más. 

Con el amor pudiéndolo todo aquella enorme polla volvió a intentarlo. La misma que durante algunos años me taladraría entre bricolajes caseros de inmenso placer. De tal manera, que una vez roto el amor, la pasión se redobló de una forma obsesiva, compulsiva, asesina. Y yací muerta pero más viva que ninguna entre tus brazos todas aquellas noches de descuento en mi autoestima. No había más polla que la tuya, ni más labios que los de tu boca, ni más ganas que las mías, envueltas en amor. Porque yo, y tú lo sabías, te seguía queriendo contra mí misma. Fuiste el primero entre mis piernas, el primero entre mis almas, y yo no concebía más allá de que también fueses el último. Me dejé en el camino. A mí y a todos. Cerré el corazón a cal y canto, y tiré la llave junto a las de los oidos, la boca y la dignidad. Cada noche me arrastraba hasta tu cama, me amaba a mí misma a través de aquellos polvos; y a tí. Te amaba tanto. Tanto como sólo puede hacerlo una ciega gilipollas sin más dedos de frente que la mitad de uno. Y por aquel entonces todas mis mitades no hacían ni un cuarto. En ese cuarto. Aquel refugio. Aquella mentira. Y tú lo sabías.  Y yo te mendigaba. Y seguía pendiendo de aquel hilo mental, tan, tan, tan fatal. Terminamos mal. Menos mal que partí peras yo. Aunque me bajaste del coche tú, como una puta cualquiera que cobra de más, o puede que menos. Nunca más si es no, me escupió en la cara aquel humo de cigarro negro. Nunca más leí en la matrícula de aquel viejo fiat. Nunca más señaló tu anular al cielo en la última curva del paseo. Nunca más respiré tan libre como en aquel bendito momento. 

Y la vida, el sexo y mi coño; comenzaron de nuevo.

martes, 13 de mayo de 2014

Demasiada presión para follar.



Iba a dar veinte rodeos para dejar bonita esta confesión que me ahoga. Pero mejor lo suelto, así, tal cual y que salga el sol por "mantequera"....

¡ No puedo follar cuando estoy estreñida!!!

Ya está, ya lo he dicho. Y ni sé si le pasa a alguien más, ni si soy más bruta que un arado. Lo único importante es que llevo tres días sin mi momento allbran y algo dentro de mí de me comprime, me ahoga y me duele. Mi coño empatiza demasiado. Yo con unas ganas terribles de echar un polvo, y él, cerrado. 


Qué queréis que os diga. A mí este tema me trae de culo.

jueves, 8 de mayo de 2014

Desatada y Copulativa.



Y de postre ¡ YO! 

Y a la mierda la dieta.
Y que se acabe el mundo.
Y que la ceguera nos castigue por esta gula capital.
Y rompamos las normas.
Y deshazte de la vergüenza y la política correcta.
Y ven.
Y ven.
Y ven.
Y las bragas en Constantinopla.
Y mi nariz en Cuenca.
Y mi coño en tu boca.
Y de primer plato postre.
Y de segundo postre.
Y de postre... TÚ.

martes, 6 de mayo de 2014

Imaginar que me follas es sólo la mitad del juego.




Su foto en sepia me mira desde estos cuatro costados que tiene mi monitor. Se me clavan sus ojos, se me clava su media sonrisa, se me clavan todas esas palabras que medio no me dice, y por un segundo, yo, todo lo que quiero que me clave es su polla.

Y que deje de observarme inmóvil desde su mejor foto, y de no decirme todos esos nadas tan llenos de todo, y de jugarme a a los toma y daca que me ponen tan nerviosa y me saben a caramelos ya chupados por otra. 

Que deje de ser plano y se haga de tres dimensiones sobre mi cuerpo. Que me tape los ojos con una mano, y la boca con la otra, y el coño, ya puestos, con su polla. Que me susurre al oido con esa voz que nunca escuché, que voy a saber lo que es bueno, y después me lo demuestre una docena de veces hasta que la alfombra se rompa y yo con ella. Un polvo a ciegas y a mudas. Un polvo de oidas. Un polvo sin más marcas que la de sus dedos y su miembro traspasando la pantalla y mis nalgas. Una follada infinita, que  me sacie de todas esas horas que vaciaron sus ojos. Sólo necesito éso. No es mucho pedir. Pero  no lo haré. Si hay algo que lo supere, es él y estas palabras: ¿ Dónde quedamos?, quiero follarte.

domingo, 4 de mayo de 2014

miércoles, 30 de abril de 2014

Olvídame... y luego fóllame.




Me rompiste de tanto follarme. Y aún así, te pedí un polvo más. No te hizo falta decir que sí, tu polla lo hizo por ti, y volvió a penetrarme hasta el paroxismo. Mientras tú me inundabas de tus entrañas más  inmaculadas, y me eché a llorar. Después de tres horas no había conseguido correrme. Se mezclaron las lágrimas con el semen, y mis mejillas con tus manos, y la lengua con la lengua en el beso más lánguido y desesperado que haya habido nunca. 
-Recuerda que ya no nos queremos, me dijo.
Y mientras me hacia por primera vez el amor, me acordé; y tuve tres orgasmos seguidos.


domingo, 27 de abril de 2014

Con el culo de punta.


Quien sabe cuantas mujeres habrá, ahora mismo en la ducha, quitándose distraida y compulsivamente los pelos del culo, para después sentirse extrañas y soeces.
Yo desde aquí, os digo hermanas: ¡ no estáis solas! Y por más que digan, tampoco abrigan.

viernes, 25 de abril de 2014

A veces soy pez, pero sólo un ratito.




Ojalá pudiese saber, con certeza, porque no me atrevo a mirar ni de reojo, a esos lugares ciegos de la memoria.
Quizá porque duelen, y el dolor me hiere, tanto o más que la muerte, puede que incluso más que la vida.

El olvido es un bálsamo, una venda, una tirita. Una anestesia, una píldora, una droga que no dispensan en la farmacia de la esquina, ni disponen en la esquina del descampado de la iglesia. No tiene prospecto, ni está contraindicado. No se sabe de efectos secundarios. Y sin embargo, desde mi más ferviente ignorancia, de lo que sí estoy completamente segura, es de que en grandes dósis... mata.


martes, 22 de abril de 2014

El tiempo es tan elástico como las piernas durante una paja.




Cuarentaynueve minutos exactos busando el placer. Ni uno más, ni uno menos con la mano entre las piernas y el índice querencioso y juguetón.

Podrían haber sido más, incluso menos; pero tenían el tamaño exacto de quince horas. Es esa laxitud de la epera de lo dulce, ese regodeo tonto que extiende los segundos como si fuesen mantequilla sobre el pan, ese desvío de kilómetros interminables para tardar un poquito más hasta el final. Total no hay prisa. Y qué mas dan ese montón de papeles sobre la mesa, y el ruido de voces reunidas tras la  puerta, y todas esas cabezas fijas en el ordenador que se adivinan al otro lado de las persianas. En ese maldito y eterno momento, sólo la mano manda. Huye la mente y una se masturba a placer entre más y más caricias. Es tan jugoso el coño, tan húmedo y suave cuando te concentras en él. Se multiplican los pliegues, la piel y los nervios, y tres mil millones de partículas sensitivas logran que cuatro kilos y medio del mejor chocolate belga baje por tu garganta. Debe de ser éso que llaman endorfinas. Ni lo sé, ni me  interesa. Yo me abandono al mundo y me saboreo entre caricias. Cada vez más húmedas y densas. Tanto que he de desabotonarme la blusa y meter mi mano bajo el sujetador. No es suficiente y me lo desabrocho. Los pezones hierven y están duros como el mármol. Canicas de carne rosada y suave ardientemente inflamadas. Las pellizco. Me muerdo la boca, no puedo gemir. Aquí no.

El deseo se vuelve loco, y con él las manecillas del reloj. La calma decide ser urgencia. Y ya todo, como en una tormenta, se precipita. 

Subo la falda. Me quito las bragas. Abro mis piernas sobre los brazos de la silla. Me meto tres dedos. Estoy tan caliente que va a arder la puta oficina. Ahora mismo me follaría al de la fotocopiadora, menos mal que me queda una rayita de lucidez, menos mal que pita el chat, menos mal que alguien al otro lado me salva. Y comienzo a irme, mientras me habla. Él comparte imágnes y mayúsculas. Yo le escribo los gemidos que no tengo más remedio que callar. Me inclino sobre el escritorio. Mis tetas rozan el teclado. Vuelvo a estrujar mis pezones con la mano izquierda. Ambos. Esta vez no pienso dejarlos. Él descubre que me estoy pajeando. Yo me excito más. Acelero el ritmo de mi índice. Mi clítoris está a punto de estallar. Descabalgo la silla. Me pongo en culillas muy, muy, muy abierta. La velocidad se apodera de mí. Me masturbo sin compasión a un ritmo frenético y cruel. Y mientras él manda un gif, yo me corro hasta morir de un gusto mayúsculo. 

Caigo de rodillas. Aprieto mis dos manos contra el pubis. Recompongo mi ropa y mi disfraz de chica competente. Le mando un beso y le dejo colgado. No sé como, son las dos y media y tengo esa dichosa reunión. No sé tampoco como, cuando a este tiempo tan mío, le ha dado por salirle alas y venderse a otro.

domingo, 20 de abril de 2014

Recuerdo Te ...



Te recuerdo comiéndome a besos. Desde el lóbulo de la oreja hasta el dedo gordo del pie. Devorándome con la lengua como el menú que siempre quise ser. 

Apenas nos dio tiempo de llegar al ascensor del hotel con alguna prenda de ropa en su sitio. No sé si habría más pasión que prisas, o más ganas que vida. El tiempo había decidido terminarse en la habitación 223 e íbamos a morir follando hasta que el mundo nos reventase en la retaguardia. 

Ya sin ropa, sin urgencia, sin añoranzas; nos miramos como si no nos hubiésemos visto nunca, y volvimos a mirarnos como si no fuésemos a vernos jamás. Y cien horas más tarde nos precipitamos uno en los brazos del otro para no volver a ver el sol hasta tres días más tarde.

Te recuerdo abocado a mis pechos.
Te recuerdo entre mis muslos a bocados.
Te recuerdo cabalgando mi pelvis.
Te recuerdo al trote galopándome el culo.
Te recuerdo mano a mano con mi coño.
Te recuerdo haciendo dedo con mis labios.
Te recuerdo a boca llena de tu polla.
Te recuerdo en blanco sobre mi ombligo.

Y de repente, tras un segundo, ya era domingo. Volvió a girar el mundo tras las ruedas de aquel tren.

Recién acabo de comprar una botella de ausencia a granel. Me marcho con ella a la estación apurando sorbos. Que cuando inundes el andén, yo este borracha de olvido. Y me tomes de nuevo, como si fuese la primera vez. No quiero recuerdos. Sólo tus manos, tu polla y tus besos matándome a amnesias.

miércoles, 16 de abril de 2014

Menú




Tú lo sabes.
Yo lo sé.

Follaremos juntos hasta el amanecer, y después un ratito más hasta la hora de comer. Y ya puestos nos comeremos el uno al otro. Y de postre yo. Y de postre tú. Y después de sobremesa ambos sobre la mesa. Carne en polvo hasta la merienda. Disfruta tú. Disfruta moi. Sabemos a media tarde, a tarde entera, a picoteo intenso previo a la cena. De dos platos. Primero te ceno yo a ti. De segundo me cenas tú a mí. Nos vamos a la cama llenos, tanto que no podemos dormir. No nos queda otra, que abrirnos de nuevo... y repetir.

lunes, 14 de abril de 2014

FO LLA ME




Fóllame, fóllame, fóllame, fóllame, fóllame, fóllame, fóllame, fóllame, fóllame, fóllame, fóllame, fóllame, fóllame, fóllame, fóllame, fóllame, fóllame, fóllame, fóllame, fóllame, fóllame, fóllame, fóllame, fóllame, fóllame, fóllame, fóllame, fóllame, fóllame, fóllame, fóllame, fóllame, fóllame, fóllame, fóllame, fóllame, fóllame, fóllame, fóllame, fóllame, fóllame, fóllame, fóllame, fóllame, fóllame, fóllame, fóllame, fóllame, fóllame, fóllame, fóllame, fóllame, fóllame, fóllame, fóllame, fóllame, fóllame, fóllame, fóllame, fóllame, fóllame, fóllame, fóllame, fóllame, fóllame, fóllame.

Fóllame. Y si luego nos sobra tiempo, te dejo hacerme el amor. 

domingo, 13 de abril de 2014

Cuestión de altura.



Me gustan altos. Los chicos, los hombres. Altos, que no enormes. Que me lleven casi dos cabezas, a ser posible. Pero que no sean un armario empotrado de tres por tres. Me conformo con llegarles a la altura del pecho, y recogerme en él mietras con su barbilla me mesan el cabello.

Lo suficientemente altos como para que me puedan coger en volandas como a una muñequita. Tanto como para asirme de su cuello y quedarme colgando en un beso de vértigo, a quince centímetros del suelo. Así, como para cogerme como un fardo encima de sus hombros y llevarme a peso pluma a cualquier parte de su apartamento. Que follando en la cama, en el suelo, o en la mesa del comedor, puedan manejarme con tanta soltura, que en un mismo polvo sean capaces de ponerme en dos docenas de posturas antes de corrernos a placer. Ser pequeña a merced de un cuerpo tan largo que me sepa infinito. Sentirme estrujada y amasada por unas manos grandes en las que quepan mis pechos en cada una de las palmas. Perderme entre la nuez y la clavícula de un cuello kilométricamente sexi. Sucumbir perpetrada y empalada por una polla de extenso calibre. Chiquita y frágil zorra, mimada y pervertida por un hombre de altura. 

Me fascinan altos. Mucho. Casi tanto como me fascina, ser, deliciosamente pequeña.

viernes, 11 de abril de 2014

No tengo energía ni para una mísera paja.




Estoy tan, tan, taaaaaaaaaan cansada. 
Cansada a un nivel tan extremo que no me alcanza la memoria a recordar la última vez que estuve así. Y tampoco es que durante la semana haya hecho gran cosa. Deporte moderado, todo lo más. Pero ni las horas que he dormido han logrado ser reparadoras. Aquí estoy, cayéndome de sueño por las esquinas y con el cuerpo pesando una tonelada. Hasta las pestañas me tumban. Justo hoy que estoy ovulando.
Muerta, y con las bragas a medio mojar. Sin energia, y con el coño florido. Sola, fané y descangallá. 

No tengo fuerzas ni para una pajilla. Y la cama sin hacer. Y el curro a medio terminar. Ven. 
Ven y barre de un plumazo los folios y carpetas del escritorio. Llévate con tu antebrazo el ordenador y la impresora por delante. Dame un beso lleno de vitaminas mientras me empotras contra la silla de oficina. Inmovilízame. Derriba a mordiscos todas estas tonterías. Rompe mi blusa, mi bustier y mis bragas. Rasgame la piel, la cabeza y el alma. Acariciame la vida y las tetas. Lame esta somnolencia que me amortaja y mama de mis pezones para hacerme reaccionar.

Desnúdame de ropa y de cansancio. Tómame en volandas junto a esta mañana infinita, y llevanos juntas a la cama para rompernos en dos hasta el mediodía. Ponme a cuatro patas y viólame. Destrózame el coño con crueles embestidas. Haz que despierte. Tíñeme de sangre los muslos y de blanco olvido el culo. Destrípame a golpe de esas caderas malditas, de esa pelvis perversa, de esa polla febril y sicópata. Ven. Seas quien seas. Sin rostro, sin nombre y sin escrúpulos. Resucitame en un polvo confuso y mortal. Aparece para descerrajarme diez orgásmos a bocajarro, y luego marcharte en silencio. Dejándome tan sucia y rota como estas sábanas viejas. Deshecha. Cádaver. Sombra. Despojo desnudo. Carne trémula. Feliz. 

No te marches del todo. Debes rematarme contra la pared. Vacíame de nuevo, para llenarme una y otra vez.

miércoles, 9 de abril de 2014

Sweet close



Días como hoy. Porque los hay. 

Porque soy una chica natural. (no me gusta decir normal). Porque el sexo es vital, pero no lo único. Porque también vivo e incluso respiro. Porque aunque escribo de una faceta de mí, soy poliédrica. Porque sí. Ni me masturbo, ni follo, ni hago el amor. 

A veces no tengo tiempo, ni ganas, ni me hace falta. Se me cuelan los minutos por entre los pliegues de la ropa y las arruguitas de los ojos, y en un pis pas ya es de noche. Y tengo seis libros por leer. Y un programa telebasura muy tentador. Y ese post que escribir. Y esa onza de chocolate por probar. Y esa ensalada que preparar. Y esa vida que me queda por vivir. Y no ha habido ni un segundo para el sexo. Quizá mañana. Tal vez. Puede que sí, puede que no. A ver como me levanto. A ver como se me levanta. A ver si amanezco serrana o de jabugo. No hay cuentas que llevar. 

Y aunque me apetezco. Y aunque me apeteces. No es una de esas veces. Hoy el coño se me ha tomado el día libre, y el día está  hasta el coño de tan ocupado. Mañana más. Y mejor. Corren tiempos de pajas alegres. Ojalá de polvos... si me das suerte.

lunes, 7 de abril de 2014

Horas de mis pajas tristes.



Me estoy haciendo una paja más tonta....
... así, con ganas pero sin ellas. Con calambres en los pezones y en esta entrepierna inmensamente abierta. Con la mano entre mis bragas y bajo el pantalón. Con mi culo y mi coño al aire bajo el teclado. Con la otra surcando mis tirantes y pellizcándome cruelmente los pechos. Con la cabeza en otra parte, no sé donde. Con la piel anhelante y valiente. Con el alma perdida. Conmigo. Sin tí. Me sobran dedos, me faltan estímulos. Hoy no soy suficiente. Tú insoportablemente necesario. El coño semihúmedo. Necesito correrme. Será un orgasmo a medias. Mi mano mojada, mis bragas también. Mi grito saldrá seco, perdido e inútil. Temblaré al terminar igual que siempre. Quizá también llore.Serán lágrimas desnudas.  Esta paja llevaba escrita tu nombre. Y no estás.

domingo, 6 de abril de 2014

Insolación



Me he pasado buena parte de la mañana al sol. También he comido al sol. Y por si no hubiese sido suficiente, la sobremesa me la he ventilado tirada en bikini al sol. 

Iba pertrechada con mi protector solar factor treinta, pero hace ya un buen rato que he llegado a casa y me ha entrado frío. Quizá no debí tumbarme tanto rato en aquella tumbona, ni adormilarme mientras me daban los rayos en la cabeza. Quizá no debí volver tan apurada, en tirantes y acalorada, ni mucho menos desnudarme en el salón. Repanchingarme" sobre los cojines sudada y desnuda y ponerme a "guasapear". Una hora después, tirito. Tengo la piel de gallina. He tenido que rescatar los calcetines de lana. Y la nariz, la tengo roja. Parezco Rodolfo, el reno del señor Noel que brilli brilli. Las manos heladas, y aquí estoy dándome por todo el cuerpo cremita hidratante. En el culillo no me hace falta, que todavía no ha visto el aire, pero los muslos me los barnizo. No vaya a ser que por la noche me tire la piel y no pueda dormir. Loción en las piernas, en la cintura, la espalda ( casi no llego), el pecho, el escote, el cuello, los brazos, la cara, y ración extra en la naricilla y los mofletes. Menuda estampa. Así, desnuda, colorada y encremada, soy como un helado de fresa y nata en calcetines. ¡ Supersexy! :( 

Caliente por dentro, y fresca por fuera. Creo que he pillado un inicio de insolación. Debería vestirme ya, pero es tan tentador el sol que se filtra por el cristal de mi salita. Y esta pomada está tan rica. Y yo tan suave y necesitada de calor. Supongo que una vez más debo hacer caso a mis pezones, que son los primeros en avisar. Todavía queda medio tarro de la crema de argán de deliplus, todavía queda media tarde de domingo, todavía quedas tú al otro que lado que me lees. Con tantas mitades no me queda más remedio que pajearme entera, y esta noche si me sube la fiebre aprovecharé para soñar que me follas, porque puede que la piel la tenga helada, pero las ganas de follar están más calientes que nunca. Es este sol de primavera, que hace conmigo lo que quiere.

viernes, 4 de abril de 2014

Días de quitarse el sombrero.


Por ti me quito el sombrero, la vergüenza... y las bragas si hace falta. 

A pesar de que me descubro más por todas estas letras que por todos los vacíos que se pudiesen llenar. Me juego tus palabras a doble contra sencillo, sabiendo que nada de lo que digas pueda ser jamás en serio; éso es lo más divertido. Quizá incluso sea mágico. Prestidigitador de frases equilibristas, yo lo único que poseo es mi conejo en la chistera. Un truco sencillo, que una vez visto, hace desaparecer el encanto. Y el misterio, ése que tú tienes dominado, tanto como a mí la curiosidad. Ésa asesina de gatos que me pone el vello de punta, aunque la quiera toda entera, porque nunca me ha gustado que me dejen a medias, por más que yo sea de calcetines. Y como una cosa lleva a la otra, y la otra a la locura más absoluta, aquí estoy, desnuda y con sombrero recién llegada a saludar. Con la salud quebradiza y el alma febril, no queda otra que ponerle un remedio, y nunca he sido de medicinas y drogas; una vez más recurro al naturismo porque si algo soy es natural. Así que meto mi mano debajo del sombrero, dejo volar sus alas hasta el perchero y yo despego entre mis manos al  mayor de los placeres, pensando en tí.



martes, 1 de abril de 2014

Dream, dream, dream.



Y en mitad de la noche me veo envuelta por las sábanas, se enroscan alrededor de mí como tantas otras veces en estos sueños tan densos e intensos. Me atenazan, me atrapan, y yo grito pero nadie me oye, el sonido se queda ahí paralizado en la comisura de mi boca mientras soy engullida por un mar de algodón de rayas con mezcla de un diez por ciento de poliester. Luego será como siempre que ésto sucede, podré sacar al fin la cabeza después de unos minutos (puede que horas) angustiosos, y despertaré con la almohada empapada y el corazón alterado. 

No, esta vez no. A las sábanas no les basta con enrollarse y cernirse sobre mí, se multiplican en un frenesí textil e invaden la cama y la habitación. Todo es sábana, y aquí debajo comienza a faltarme el aire. Sigo sin poder gritar. Entonces siento una caricia. En el cuello. Es la sábana bajera reptando por mi clavícula y lamiéndome la nuca con la suavidad del terciopelo. Comienzo a sentir la misma sensación en la cintura, y en las nalgas, y en los pechos. Y no sé muy bien como, todo este enjambre de tela me voltea, me deja con mimo a cuatro patas sobre el colchón ensabanado, y así, perpleja, oculta en esa tiempa de campaña de ropa de cama, sin apenas aire y desnuda, descubro que estoy siendo violada por parte de mi ajuar. 

Centímetros de tela golosos que besan mis pechos, acarician mis ingles, palmean mi culo, rodean mis tobillos. Prisionera y esclava. Y ya tan sumisa que mi mano no es mía, sigue órdenes de no se sabe quien, y baja hacia mi pelvis. Acaricia mi coño abriendo los labios. Juega a hacer caracolillos entre los pliegues de mi sexo. Me penetro a mí misma, con uno, con dos, con tres, con cuatro. Termino forzándome con todos, mientras con la sinestra calmo a mi clítoris mojado. La frente en el colchón, empujando el deseo en una huida hacia delante. Los carrilos de mi trasero en pompa, desafiando a un techo cubierto de mil colores de hilo. Los labios mordidos entre jadeos y silenciosos. Y las manos que siguen follándome este agujero inmenso en el que se ha convertido mi coño. Empapados los dedos. Jugoso y elástico este nuevo sexo, que cada se vez se abre más y más y más... El placer es inmensamente intenso, y yo me froto, hasta que ya no puedo más, y justo cuando estoy a punto de correrme... como no, me despierto. 

Al principio no me ubico. Ni me reconozco a mí, ni a mis cuatro paredes. Tengo calor, estoy sudada, desnuda  y empapada. Aparto las sábanas. Y entonces... recuerdo. Y me pongo cachonda. Y en el fondo es una suerte estar de baja, y tener toda la mañana por delante. No suele suceder, pero mira tú por donde, voy a hacer mi sueño realidad. Pero éso sí, con la cama a colchón pelado, y las sábanas... en la lavadora... por si las moscas.

domingo, 30 de marzo de 2014

Penumbra dominical



Ay, las tardes vacías. 
Y la cabeza tan llena.

Afuera es domingo, y ni llueve ni hace sol. Aqui dentro el tiempo no corre, me castigó la hora que ayer adelanté. Los minutos se vuelven elásticos y silenciosos, me atrapan en un remolino de cosas por hacer y causas sin rebeldía por ocupar. Debería comprarme  una chaise longue, y un collar de perlas, y quizá comenzar a fumar, dar de baja el recibo de la luz y robar dos velas para perfumar la estancia y quemar mis bragas. A estas horas el aburrimiento me consume, y la pereza me peca y me repica como las campanadas que suenan a muerto, sin embargo, el coño me grita enormemente vivo desde el luto de entre mis piernas. Echo de menos un liguero y unas medias con ribete de encaje, y unas manos con olor a taberna que me desvirguen el resto de este domingo que aún me queda.

viernes, 28 de marzo de 2014

Sexis



La vida es sexi si le haces el amor cada vez que te ries.

No hace falta demasiado. Sólo un día no demasiado nublado, que lo de siempre duela poco y un poquito de música interior. Y salir a bailar mientras caminas como si no hubiese un mañana. Puedes elegir entre seguir tu camino, o follártelo con banda sonora. Entonces da igual si en vez de medias de nylon negras llevas unas converse pastel, si en vez de una lencería con blonda vistas unas monísimas bragas de algodón del oysho de lunares blancos sobre azul marino, si en lugar de una minifalda de cuero o volantes sujetes tu culo con unos vaqueros denim low cost, y por supuesto, si en vez de chanel numero 5 hueles a fruta de la pasión de un perfume del súper. Maquillaje jamás. Aunque se asomen las arruguitas de la risa. Y el pelo recién lavado en casa y secado al aire de la mañana. Un bolso de bandolera casi más grande que tú. El mp3 a toda pastilla,  y el abrigo verde militar sin abrochar. Ni metro, ni autobús. Sólo las piernas y desayunarse las calles.

Éso a la ida. A la vuelta, con las llaves todavía en la mano, desprenderse de todo menos de una misma, y quedarse en calcetines y bragas en el salón. Tomarte un batido de fresas hecho en casa, y descorrer las cortinas. Puedes elegir entre bailar y hacerte una paja. O entre bailar y después hacerte una paja. O quizá, hacerte una paja mientras bailas. Así los días se van haciendo más largos, más llenos de luz, más energéticos. Y tú, o yo, nos volvemos más dulces, más radiantes, más pasionales. Porque yo, y tú, y estos días de noches más cortas, somos enormemente sensuales. Vestidas o desnudas, folladas o masturbadas, queridas o despechadas, solas o en compañía... no podríamos ser más sexis aunque quisiéramos. Hay chicas que necesitan un montón de complementos, accesorios y hombres para serlo. Otras, tenemos la gran suerte, de poseer el don de la naturalidad más arrebatadora.  Y eso que todavía, entre nosotras, no nos hemos visto estas pedazo de sonrisas.

miércoles, 26 de marzo de 2014

Winter... again.


Fría.

Con la piel violácea y de gallina. 
Siento miedo de mis manos, heladas como las de una muerta antigüa, y del viento gélido que recorre silencioso mi espalda. 
Las ideas y las bragas congeladas. Mi nariz hecha un cubito. Y los dedos de los pies son puro grito, pequeños escarchados, doloridos. 

Aquí la ducha me espera, y más tarde la calle. Pero yo no quiero desvestirme de nuevo al invierno, marchitarme a esta traición primaveral. Tiemblo, casi lloro al desnudarme, y el algodón cien por cien me araña los pechos mientras cae al suelo el camisón. Duros los pezones, caprichosos ellos, y yo no puedo más que encogerme, al abrir el grifo, y el borde de la bañera está helado y doy un respingo, vuelvo a tiritar. Necesito algo caliente, y hoy la mampara me amanece solitaria y templada, no hay mil toallas que me traigan un verano, ni café hirviendo que me asiente. Enjabono mi cuerpo y enjuago el cabello, intento acariciar mis tetas y probar a hacerme un dedo. No puedo. Me muero de frío por los cuatro costados desnudos y tristes. Es hora de secarse y vestirme.Tengo que marcharme, ojalá pudieses tú venir y antes de salir a la calle... irme.



domingo, 23 de marzo de 2014

Me miras... y yo no me veo.




Cada vez que me acaricias te sorprendes.

Me repasas desnuda sobre la alfombra, y mientras la palma de tu mano viaja por mi cuerpo te escucho desde mi país lejano... Hablas de mi piel, tan suave como la de una niña chica aunque ya hace tiempo que por fuera no lo sea; de mis pechos todavía firmes y llenos,  de mis pezones desafiantes al tiempo y al viento e incluso a la mismísima primavera, de mis nalgas rollizas y duras, de mis estrías que te cuentan cuantas veces adelgacé y engordé sin dejar de ser bonita, de mi boca y su lunar perezoso, de mis ojos tan brillantes que nunca saben guardar secretos, de mi ombligo envuelto en esta pequeña tripa que te hace tanta gracia, de mi pelo y de lo bien que huele siempre. Y mientras tú me dices todo éso, yo me callo y asiento, y me dejo querer antes de volver a ser amada al menos una vez antes de que se vaya el sol. Me dejo querer por tí, por todas las veces que no sé hacerlo por mi, cierro los ojos y abro las piernas. Me ofrezco. A tí. Me tomas. A una parte de mí. Así, al tiempo que me comes el coño y yo gimo acuchillándote las sienes, nos envuelve el sublime silencio ensordecedor del placer. Todo es más fácil, no tengo que fingir. Te regalaré mi orgasmo como fruta madura exprimada en tu boca, y tú seguirás creyendo que yo también me gusto tanto como a tí.