lunes, 11 de noviembre de 2013

Me calas







Larga, larga, larga, larga.
Y caliente, muy caliente, muy muy caliente.

De ésas que te dejan lacerada y a piel roja, casi morada. De ésas que se te hace impensable e insoportable abandonar, pero debes. De ésas que de tanto  que duelen el  cuerpo, más te alivian por dentro. 
Desnuda la recibo, y desnuda la dejo. 
Acudo encendida, y templada me voy.
Seca un segundo antes, e inmensamente  mojada hasta dos minutos después. Siempre.

Mi vieja amiga. Una vez más nuestro encuentro me finaliza renovada. Tú te apagas, te recoges y lloras esa última gota. Hasta la próxima, hasta mañana, hasta cuando necesite o me haga falta, bendita ducha.


13 comentarios:

  1. Una ducha de agua que te penetra cada gota hasta el último poro.

    Un beso.

    ResponderEliminar
  2. Pero también intenta lavarte el resto del cuerpo....digo, para aprovechar el agua....

    Besos.

    ResponderEliminar
  3. wow.... que tal vista, desearía estar en este instante metido en esa ducha con mi cámara encendida.... el agua caliente es de lo mejor, ayuda a la erección..... saludos

    ResponderEliminar
  4. si continúas bendiciendo tus entradas no sólo te condenarán por hereje, también por lesa religión.
    saludos.
    pd: este comentario es largo. no te quejes.

    ResponderEliminar
  5. Esas duchas son muy reconfortantes...Pero explícame (si quieres)...Ummm...¿Cómo haces para que el jabón no salpique en el objetivo? Besos

    ResponderEliminar
  6. Delicioso momento cuando el agua se lo lleva todo, cuerpo abajo, acariciándote, poro a poro, hasta la porcelana, donde se arremolina entorno a tus pies para, finalmente, arrastrarlo todo (suciedad, pena, humedades...) por el desagüe. Sí.

    ResponderEliminar